Por Mirta Rodríguez Calderón
Santo Domingo, abril (Especial de SEMlac).- La irrupción en el panorama nacional dominicano de un potencial asesino en serie, que habría ultimado en los últimos 10 días a cuatro mujeres, presumiblemente trabajadoras sexuales, agrega perversidad y dramatismo al problema de la violencia contra las mujeres en este país donde, pese a esfuerzos innegables, el crimen contra ellas no cesa.
En una población de algo más de ocho y medio millones de habitantes, cada 36 horas una mujer ha sido baleada, acuchillada o ha perecido golpeada solamente en el mes de enero.
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