Por Sara Lovera
México, septiembre (Especial de SEMlac).- Las ciudades de México, Bogotá y San Salvador se han convertido en un espacio peligroso y violento para las mujeres, llenándolas de miedo y cercenando sus derechos ciudadanos, mientras que, en Santiago de Chile, ellas transitan un camino que va de la violencia privada a la pública, y viceversa.
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